Hace poco más de un mes que comenzó el colegio, y este tiempo ha servido para ir retomando la rutina, y adaptándonos a los cambios: el nuevo curso, los nuevos profesores...
Qué trabajo cuesta, después de unos meses de vacaciones, sin hacer prácticamente nada de trabajo escolar, volver a retomar el hábito de estudiar. Son niños listos, sacaron buenas notas y no tenían que realizar actividades de recuperación, tan solo mantener los conocimientos para que no se les olvidaran, pero entre que han estado unas semanas con los abuelos, un tiempo con mamá y otro con papá, al final, por muy buenas que fueran las intenciones iniciales de verano, unos por otros poco repaso han hecho.
Guillermo, ya en 3º de Primaria, ¡uf! Eso supone un gran cambio, y para alguien como él a quien lo de sentarse y ponerse con el lápiz a escribir le cuesta trabajo aun más. Pasan de hacer los ejercicios en fichas o en el propio libro a tener que hacerlos en el cuaderno, teniendo además que copiar el enunciado... por lo que estas primeras semanas están costando trabajo, para él y para mí, para él por ese esfuerzo que hay que hacer este año, con una libreta para cada asignatura, intentando ser ordenado, escribir con buena letra, teniendo a diario deberes para casa... y para mí por armarme de paciencia ante su desgana e intentar ayudarlo y motivarlo.
Nicolás es quien realmente ha tenido el mayor de los cambios, pasando de Infantil a 1º de Primaria, pero parece que lo lleva bien. Acostumbrado a jugar con niños mayores después del comedor, incluso con compañeros de su hermano mayor, este cambio al "cole de los mayores" le encanta, ya es un niño de Primaria. La parte mala, pues que hay que empezar con él a que vaya cogiendo una rutina de trabajo diario, cada dia un ratito de lectura y que escriba unas líneas para ir cogiendo hábito de estudio. Pese a que su carácter es muy diferente al de su hermano, llegado el momento de sentarse a hacer tarea, parece que son iguales, quejas, protestas, "no quiero", "sólo una línea"... y a regañadientes se pone un poquito cada día.
Irene, la reina de la casa, por razones obvias y porque aun en Infantil la vida es más fácil, llegas a casa y te puedes poner a jugar mientras tus hermanos protestan por tener que hacer deberes, aunque dentro de poco ya vendrá con su cartilla de Letrilandia para ir leyendo, por ahora feliz en su cole, en su clase, con su seño...
Y así comienza un nuevo curso, que hasta ahora ha tenido más tardes de desesperación que de alegrías, pero que esperemos que poco a poco vayan mejorando.
Qué trabajo cuesta, después de unos meses de vacaciones, sin hacer prácticamente nada de trabajo escolar, volver a retomar el hábito de estudiar. Son niños listos, sacaron buenas notas y no tenían que realizar actividades de recuperación, tan solo mantener los conocimientos para que no se les olvidaran, pero entre que han estado unas semanas con los abuelos, un tiempo con mamá y otro con papá, al final, por muy buenas que fueran las intenciones iniciales de verano, unos por otros poco repaso han hecho.
Guillermo, ya en 3º de Primaria, ¡uf! Eso supone un gran cambio, y para alguien como él a quien lo de sentarse y ponerse con el lápiz a escribir le cuesta trabajo aun más. Pasan de hacer los ejercicios en fichas o en el propio libro a tener que hacerlos en el cuaderno, teniendo además que copiar el enunciado... por lo que estas primeras semanas están costando trabajo, para él y para mí, para él por ese esfuerzo que hay que hacer este año, con una libreta para cada asignatura, intentando ser ordenado, escribir con buena letra, teniendo a diario deberes para casa... y para mí por armarme de paciencia ante su desgana e intentar ayudarlo y motivarlo.
Nicolás es quien realmente ha tenido el mayor de los cambios, pasando de Infantil a 1º de Primaria, pero parece que lo lleva bien. Acostumbrado a jugar con niños mayores después del comedor, incluso con compañeros de su hermano mayor, este cambio al "cole de los mayores" le encanta, ya es un niño de Primaria. La parte mala, pues que hay que empezar con él a que vaya cogiendo una rutina de trabajo diario, cada dia un ratito de lectura y que escriba unas líneas para ir cogiendo hábito de estudio. Pese a que su carácter es muy diferente al de su hermano, llegado el momento de sentarse a hacer tarea, parece que son iguales, quejas, protestas, "no quiero", "sólo una línea"... y a regañadientes se pone un poquito cada día.
Irene, la reina de la casa, por razones obvias y porque aun en Infantil la vida es más fácil, llegas a casa y te puedes poner a jugar mientras tus hermanos protestan por tener que hacer deberes, aunque dentro de poco ya vendrá con su cartilla de Letrilandia para ir leyendo, por ahora feliz en su cole, en su clase, con su seño...
Y así comienza un nuevo curso, que hasta ahora ha tenido más tardes de desesperación que de alegrías, pero que esperemos que poco a poco vayan mejorando.
Es curioso, Paula también ha empezado con muy buen pie 1º de primaria. Al principio llevó muy bien la novedad de las tareas de la tarde, aunque ya empieza a decir que son un rollo. Menos mal que es muy buena y las hace sin rechistar (demasiado)
ResponderEliminarUn beso