viernes, 20 de abril de 2012

Carta al Ratoncito Pérez

Querido Sr. Pérez,

Le escribo para hacerle llegar la queja de mi hijo mayor, Guillermo, al que se le cayó un diente hace un par de días y recibió su visita, como es habitual cada vez que a un niño se le cae un diente, dejándole bajo la almohada un billete de 5 euros.

Pues bien, pese a su generoso obsequio por uno de sus pequeños dientes, me ha mostrado su disconformidad haciéndome saber que "para el próximo diente que se le caiga, le va a dejar una nota indicándole que está cansado de que siempre le traiga un billete de 5 euros y que quiere otra cosa, como un paquete de estampitas, por ejemplo".

Yo, como padre, no tengo ninguna objeción al respecto de que, haciendo una excepción en la tradición que ha mantenido en nuestra familia hasta ahora, pueda usted no traerle dinero y cambiarlo por algún pequeño regalo como le solicita. No se si usted tuvo en cuenta, cuando a mi hijo primogénito se le cayó su primer diente, aunque supongo que lo haría con mucha ilusión, que si le traía un billete de 5 euros después iba a tener que seguir manteniéndolo con el resto de dientes que se le cayeran y también con los de sus hermanos, ¿a que no hizo cuentas?.


Por otra parte, supongo que la crisis también habrá afectado a su actividad y que la cotización de los dientes de leche habrá descendido, por lo que es de entender que igual también usted prefiera cambiar el dinero por un regalo algo más económico, más aun cuando se lo van a pedir por escrito, de lo que le he informado para que pueda tenerlo previsto y no le pille de sorpresa cuando vea la nota junto con el diente bajo la almohada.

Aprovecho la ocasión, ya que es la primera vez que le escribo, para agradecerle esas monedas que dejó bajo mi almohada cuando yo era niño, incluso creo que en alguna ocasión llegó a dejarme un billete de 100 pesetas. ¡Qué tiempos aquellos!, que con 100 pesetas, en un billete además, eras el rey de la calle. Pero supongo que, como a todos, a usted también debió afectarle mucho el cambio al euro y ahora los niños no se conforman con una moneda de 1 euro aunque sea mucho más que los 20 duros de entonces.

Esperando que tenga en consideración la solicitud de mi hijo, le saluda atentamente un padre agradecido.


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