Este fin de semana ha sido un poco más largo de lo habitual en lo que a la ausencia de mis hijos se refiere, ya que el viernes no tuvieron colegio y el jueves por la tarde se marcharon con su madre.
Ellos han estado disfrutando de la playa, entre nube y nube, chaparrón y chaparrón, mientras que yo he compartido estos días con amigos en la feria, haciendo deporte y también con algunas labores de casa.
Cuando no están te acuerdas de ellos en muchos momentos, y los echas de menos, por muy entretenido que puedas estar, siempre hay algo, otros niños, una foto, una canción, un juguete por medio con el que tropiezas... que hace que se te vengan a la mente.
Ayer, como gran colofón a este fin de semana, unos amigos celebraban sus bodas de plata y organizaron un evento en una hacienda próxima con capea incluida. Muchos de los invitados iban con sus hijos, ya que se trataba más de una reunión de amigos para pasarlo bien que una clásica celebración. Había niños de casi todas las edades y disfrutaron mucho, primero viendo como sus padres intentaban dar unos cuantos muletazos a la vaquilla y después, tras un riquísimo arroz, bailando y cantando sin parar, otros decidieron cambiar la música por un balón, pero igualmente se lo pasaron bien.
Algunos de los niños estuvieron geniales, subidos en el escenario, se apropiaron de los micrófonos y no pararon de hacernos sonreír con sus canciones, bailes y comentarios, provocando que se le cayera la baba a sus padres y a alguno más de los que allí estábamos. Alguna de las canciones actuales y otras infantiles que también bailamos, me hicieron acordarme mucho de mis tres pequeños tesoros, seguro que se lo hubiesen pasado en grande, sobre todo mi princesa, con lo cantarina y bailarina que es.
Ellos han estado disfrutando de la playa, entre nube y nube, chaparrón y chaparrón, mientras que yo he compartido estos días con amigos en la feria, haciendo deporte y también con algunas labores de casa.
Cuando no están te acuerdas de ellos en muchos momentos, y los echas de menos, por muy entretenido que puedas estar, siempre hay algo, otros niños, una foto, una canción, un juguete por medio con el que tropiezas... que hace que se te vengan a la mente.
Ayer, como gran colofón a este fin de semana, unos amigos celebraban sus bodas de plata y organizaron un evento en una hacienda próxima con capea incluida. Muchos de los invitados iban con sus hijos, ya que se trataba más de una reunión de amigos para pasarlo bien que una clásica celebración. Había niños de casi todas las edades y disfrutaron mucho, primero viendo como sus padres intentaban dar unos cuantos muletazos a la vaquilla y después, tras un riquísimo arroz, bailando y cantando sin parar, otros decidieron cambiar la música por un balón, pero igualmente se lo pasaron bien.
Algunos de los niños estuvieron geniales, subidos en el escenario, se apropiaron de los micrófonos y no pararon de hacernos sonreír con sus canciones, bailes y comentarios, provocando que se le cayera la baba a sus padres y a alguno más de los que allí estábamos. Alguna de las canciones actuales y otras infantiles que también bailamos, me hicieron acordarme mucho de mis tres pequeños tesoros, seguro que se lo hubiesen pasado en grande, sobre todo mi princesa, con lo cantarina y bailarina que es.
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