Ayer leí esta frase en el muro de una amiga y casi que la he convertido en mi lema
Sobre eso he estado reflexionando, pensando que tengo tres pequeños tesoros con los que compartir muchas cosas, ayudarles a ser personas (de provecho), educarlos de la mejor forma posible, compartir sus alegrías, sus progresos, sus éxitos... estar a su lado y apoyarlos en todo lo que necesiten, ser su padre... y su amigo.
Disfrutar de cada pequeña cosa, desde la que aprende una palabra nueva en inglés y con ilusión te la dice, al que ha marcado un gol en el patio y viene a celebrarlo contigo, como el que consigue la mejor nota en un examen y te lo cuenta orgulloso.
Alegrarte con sus logros, el que ya sabe multiplicar por varias cifras, el que anda en bici sin ruedas pequeñas o la que ya duerme sin pañal.
La ilusión de pasar un rato con ellos, jugar, divertirte y vivir su desarrollo, desde el aprendizaje y juegos de la infancia, a la pandilla, las salidas, las novietas y novietes (a ver quien se atreve con mi niña), hasta su graduación, su boda, sus hijos...
El que irá al instituto, probablemente a la universidad y, aunque desordenado, destacará en alguna carrera de ciencias.
El que se las llevará de calle con su encanto y además tiene ideas para ser un buen hombre de negocios.
La que podrá llegar a ser lo que quiera con esa soltura y desparpajo que ya demuestra.
Hay tanto por lo que sonreir cada día y ser feliz, que no merece la pena mirar atrás.
...el camino que tienes por delante
es más importante que el que dejas atrás...
Disfrutar de cada pequeña cosa, desde la que aprende una palabra nueva en inglés y con ilusión te la dice, al que ha marcado un gol en el patio y viene a celebrarlo contigo, como el que consigue la mejor nota en un examen y te lo cuenta orgulloso.
Alegrarte con sus logros, el que ya sabe multiplicar por varias cifras, el que anda en bici sin ruedas pequeñas o la que ya duerme sin pañal.
La ilusión de pasar un rato con ellos, jugar, divertirte y vivir su desarrollo, desde el aprendizaje y juegos de la infancia, a la pandilla, las salidas, las novietas y novietes (a ver quien se atreve con mi niña), hasta su graduación, su boda, sus hijos...
El que irá al instituto, probablemente a la universidad y, aunque desordenado, destacará en alguna carrera de ciencias.
El que se las llevará de calle con su encanto y además tiene ideas para ser un buen hombre de negocios.
La que podrá llegar a ser lo que quiera con esa soltura y desparpajo que ya demuestra.
Hay tanto por lo que sonreir cada día y ser feliz, que no merece la pena mirar atrás.
Enhorabuena, derrochas sabiduría! Eso sí, me dan mucha pena los moscones que puedan acercarse a tu niña, porque los vas a tener más derechos que una vela!
ResponderEliminarGracias Aprendiz, la vida te enseña a valorar que es lo que es realmente importante, por lo que debes tener ilusión y ser feliz.
EliminarPor fin lo has comprendido. Tienes lo mejor de esta vida tus hijos
ResponderEliminar:-P Gracias!
EliminarMe hizo recordar al Nano cuando canta "Esos locos bajitos". Los hijos son una fiesta que quisiéramos que no acabara nunca...
ResponderEliminarSaludos.
Arturo.
Gracias Arturo por tu comentario, es del todo cierto.
EliminarAdemás me has recordado esa bella canción de Serrat.
Saludos.